EL OJO QUE NO MIRA

Para una lucesita voladora,
al eterno adolescente,
para quien cumple 37...

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"En aquellos tiempos, el mundo de los espejos y el mundo
de los hombres no estaban aislados entre sí. Eran, además,
muy diferentes: ni los seres, ni las formas, ni los colores
coincidían. Los dos reinos, el de los espejos y el humano,
vivían en paz. Se entraba y se salía de los espejos.
Una noche, la gente de los espejos invadió la tierra. Su
fuerza era grande, pero después de sangrantes batallas, las
artes mágicas del Emperador Amarillo prevalecieron.
Rechazó a los invasores, los aprisionó en los espejos y les
impuso la tarea de repetir, como en una especie de sueño,
todas las acciones de los hombres. Les privó de su fuerza y
de su figura y los redujo a simples reflejos serviles. Un día,
sin embargo, se liberarán de este letargo mágico... Las
formas comenzarán a despertarse. Diferirán poco a poco de
nosotros, nos imitarán cada vez menos. Romperán las
barreras de cristal y de metal y esta vez no serán vencidas."
.

Jorge Luis Borges,
La fauna de los espejos.

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AGNÓSTICO

Si he de morir de sed,
que sea frente al río dulce,
bajo el puente,
donde la sombra es más brillante.



Y UNO QUE DICE...

Te dije hoy no soy poeta,
pensando en quitarme los amarres,
pero uno no puede decir esto,
uno que ha nacido con la cabeza,
con los pies,
con todo el cuerpo en otro lado.

Uno no puede andar cantando,
un día que es sí
y al otro día que es no,
o estar desmoronando un pan,
dejando migajitas para aves
que no saben volar,
porque no son pájaros
sino bichos.

Te dije que mi corazón estaba triste,
pero uno no ama con esa víscera,
se ama con la cabeza o el estómago,
o con quién sabe que...

Y uno que dice que es poeta,
no debe detenerse a pensar,
si esta estructura abstracta que se forma
alineando las cosas por su nombre,
es mas o menos digna de llamarse poema,
o canto, o margarita desojada.


SIN RESPIRAR

Días sin tregua
paso a pasito
siguiendo el camino que se borra
igual que el humo de mi cigarro.

Días sin luz
donde pregunto a un gato:
¿Eres tú mi padre o mi hijo?

Días sin día
mirando las pisadas en el techo,
mirando
mis enormes barbas
mirando
las mastodonticas consecuencias de estar vivo,
sin respirar.


NO EXISTE EL MAL

( de un adolescente que sigue soñando
con ovejas electrónicas)

Hablo de la locura
como si hubiera estado ahí

y estuviera de vuelta,
victorioso,
con las manos llenas de flores.

Pero no estuve loco
no lo necesario para licenciarme.

2
¿Y quién habla con certeza de la locura?
¿El loco
o quien lo observa?

Sucede que el que observa
es el loco,
su rostro en el espejo lo dice todo y nada,
es
la historia de la entera humanidad.
Y esto lo sé,
cuando haciendo el recuento de nuestras ataduras,
confirmo que nuestro pasatiempo cardinal,
es...

3
¿Y que esperabas que dijera?

¿Matar, Odiar?

Todo lo que pueda decir se queda corto.

Además se puede estar loco y amar.

La locura no tiene que ver nada con el odio...

¿O sí?

4
Pero esto es un poema
(eso creo)

y hoy en día a los que escriben poemas
les siguen llamando locos,
o pesimistas
o anticuados gruñones que rumian como vacas,
pero escribir poemas es mejor
que clavarte un cuchillo en la cara.

Es mejor,

y es lo mismo...

¿O no?


5
Hablo de la locura
como si no existiera,
como si no hubiera perdido la sonrisa
frente a una pantalla de ordenador.

Hablo de la muerte,
fingiendo que amo la vida...

pero la vida esta en otro lado...

un sitio intemporal y sin espacio,
donde no hay locos
ni cuerdos
ni nada...

solo luces

increíbles centellas,

que proyectan sombras.

INSPECCIÓN DE RUTINA

En un rincón del parque
el hombre busca
no busca nada
encuentra
nada encuentra
observa
ejercita su vicio
escribe
la historia del ojo que no mira...

Y yo lo veo
meterse las manos al bolsillo
mostrarlas ahora al infinito cielo
sin nada que ofrecer
y mucha risa...

Lo veo
callar por largas horas
esperando su turno para leer un salmo
haciendo filas para comprar pan
abonar aire
remediar una muela
zurcirse los zapatos a la sombra...

Lo veo mascando chicle
y luego haciendo de él
una escultura diminuta
que aplasta contra un árbol
o en la cara de ese empleado de oficina...

Lo veo
aferrado al amuleto ectoplásmico
esperando el diagnostico o la secreta dosis
contemplando gozoso
el mediocre espectáculo de punketos de vidrio
apretujados en un sillón de la casa de cultura...

Lo veo entonces reír como un idiota
burlándose de ellos y de él mismo
caminando despacio entre los autos
sin mirar el camino
ido
jodido...

Y sucede que cruza por el parque
se detiene de pronto
mira un perro
deja caer sus huesos en el suelo
y dice aquí estoy
ya llegué
soy tu esclavo...

Y el perro huye como si viera al diablo
aúlla como condenado...

Y el hombre ríe con mas fuerza
se detiene la panza
se rasca la cabeza...

Entonces me ve
al otro lado del parque
cuaderno en mano
siguiendo cada uno de sus pasos
y se queda quieto
simula que es una estatua
me vigila con el rabillo del ojo
retrocede
girando sobre su eje
da unos pequeños
pequeñisimos pasos
y corre
arrastrando un hervidero de bichos
que vuelan simulando una parvada de aves
que no son pájaros porque hablan
kilómetros de palabras que no se entienden
porque no son letras
sino nubes de cucharas dobladas con las que...
no se puede comer
no se puede beber
no se puede jugar a que son hombres
que escriben poemas
o niños
que juegan a la hora de la siesta...

Y así lo veo
alejarse ante mis ojos que no son ojos
acaso tuercas
o engranes de una maquina que avanza
sin pausa
lentamente
siguiendo el laberinto que dibujan
mis manos
que son piedras de volcán
estructuras de hierros y cemento
tuberías por las que corren clavos
mis manos el abismo
temblor
boca que sangra
mis manos y sus manos
torcidas
separadas.



EL REGRESO DE NUNCA

Hay que saber detenerse a tiempo,
decir hasta aquí llego, no hay más.

Y entonces,
retroceder un poco,
sólo un paso.

Tomar un grano de aire entre los dedos,
y volver a empezar,

seguir atando cabos,
desnudando porqués,

guardando la distancia de los hechos,
y no añorar lo que aun no pasa.

Saber decir adiós a lo que no es,
lo que no fue ni será,
y estar sonriendo todo el tiempo,
como un rebelde...

volver,
de donde nunca fuiste,
como alguien que sabe detenerse,
y decir aquí estoy, ya vine,
ya me voy, volveré pronto,
y nunca

o quizás

te lo prometo.




EL OJO QUE NO MIRA

Sí,
la mirada me hace envejecer,
también el mar empequeñece bajo mi almohada,
pero estas son solo sombras de un mal viaje,
la respuesta a unos ojos que no acaban de abrirse,
las manos del destino que no existe,
como no existe el mal,
ni el bien,
ni la boca que al fin grite mi nombre,
el tuyo,
el de todos nosotros.




(Coda siniestra)

Terminó de llover
y huele a jacarandas,
atisba primaveras
la serpiente del mal.

Hay flores que no nacen
pasos que no se dan,
hay mares que no mojan
y ojos para nadar.


2
No es que el ojo este ciego,
es que no puede ver.

No vé porque no quiere.

Tal vez no sabe que es un ojo,
o se ha transformado en “el otro”,
aquel que acecha,
al otro lado del espejo...

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junio 2007